Si esto le hubiera pasado a Luksic, habría tenido consecuencias legendarias; sin embargo, son de las cosas que a veces me pasan e iluminan este estrábico realismo mágico latinoamericano que vivo.
Creo que fue
en el invierno del año 2017, en la comuna de Puente Alto. Salí de una audiencia
en Garantía y pasé a buscar mi auto estacionado en el Espacio Urbano de Puente
Alto a dos cuadras.
En dicho
trayecto, y en las afueras del estacionamiento, aproveché de entrar a una
farmacia… me acerco al mesón de atención y se acerca un atendedor de unos 40-50
años para preguntarme que deseo; le pedí una caja de preservativos que tenían
colgado detrás del mostrador… y el vendedor va a buscarlos, pero súbitamente se
detiene, se gira hacia mí y, con una sonrisa de animador de televisión, me
dice:
-
¿sabe qué es mucho mejor que unos preservativos?
Yo contagiado ya de la sonrisa,
le respondo:
-
¿¿¿¡Qué!???
Y me dice:
-
“la poesía”!!!...
En ese minuto
mi cabeza piensa: whaaaat y… paciencia porque todo lo que venga después de esa
respuesta, va a ser bizarramente incomodo… pero, de nuevo, esa sonrisa interrumpe
mi pensamiento y me dice:
-
“Y (léase con voz de antena 3) justamente el día
de hoy…. tengo a mi mano un libro de poesía que escribí yo…. Y que vendo en la modesta
suma de $5.000 pesos”.
En ese acto
saca un libro que tenía guardado debajo del mostrador y me lo muestra. Yo, ya
entregado a la situación, lo tomo, lo miro y paso por las hojas con un
actuadísimo interés, para luego volver mi mirada a este personaje y lo miro con
mi mejor cara de nobleza y suspicacia, y pregunto serio:
-
“¿Y está seguro de que es mejor que esa caja de preservativos?”.
Me mira con
una solmene confianza y responde:
-
“muchísimo mejor”.
Y nada más que decir ante eso que:
-
“Vale! ¡Me llevo los dos entonces!”.
Leí ese libro
de poemas dos o tres veces y es verdaderamente bueno. Les comparto uno de los poemas:
Iluminación
Iluminación
hemos vagado en las penumbras
de lo desconocido, buscando
una presunta iluminación.
¿Dónde
está el cardumen de palabras mágicas?
Quizás ya fueron pesadas
pero aun así yo las busco.
Pienso ir a
encontrarlas
en el limbo de los deseos
de escritores y poetas
de adolescentes enamorados
y amantes anónimos.
En la angustia de las
frases
que no llegan a la vida,
en las antiguas cartas de amor
guardadas por mi miedo al desprecio.
En los poemas
inconclusos,
aquellos que la duda abortó
cuando todavía era ligeros
y su forma no alcanzaba el bronce.
Claudio
Sepúlveda Castro (Y no… no es el jugador de Huachipato).
Moraleja: Si
va a Farmacias Ahumada, pida profilácticos; quizás le den algo mejor….