domingo, 21 de julio de 2013

Sound of noise



“¡Arriba las manos, esto es un concierto!”


   “Sound of noise” es una de las maravillas nórdicas (sueco-danés) del año 2010; imputable a los directores Ola Simonsson y Johannes Stjärne Nilsson. Este film, a mi parecer, constituye el desarrollo (en formas más altas y complejas) de un cortometraje del año 2001 llamado “Music For One Apartment And Six Drummers”, elaborado por estos mismos directores y protagonizado por los mismos bateristas. 
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   102 minutos de talento en la percusión de lo cotidiano. Si disfruta del estilo rítmico del grupo británico “Stomp” y, de la idea de obtener música desde lo ordinario; esta, definitivamente, es una película que debe ver. 
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   Sin embargo, no se trata solo de un largometraje de demostración de talento musical; sino también, éste erige una exposición de “la música” como un lenguaje que advierte distintos idiomas. Muestra, a su vez, cómo las distintas jergas musicales pueden vivir ocultas, durante siglos, en el ruidoso silencio de la cotidianeidad; hasta que alguien logra sacarla a la luz en el intento de hacerlo notar. Y, por último, el film gira la cámara, y representa las reacciones de la sociedad en la sabida fórmula de “incomprensión del medio” que termina convirtiéndose, por regla general, en la “incomprensión del miedo”. 
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   Una de las ideas más geniales que despierta esta obra pivota en esa sensación que se transmite al estar frente a un grupo de terroristas (que asumen su posición de tales) en una sociedad del miedo (que los asume en dicha posición); y demostrar (al final) que no es más que un grupo de percusionistas que hablan y entienden una jerga incomprensible para el miedo/medio (en todas sus acepciones). La analogía que hace la película con “Amadeus” es simplemente reveladora de esto; el mejor compositor de la historia, que durante toda su vida habló un dialecto que sólo se entendió, con propiedad, después de su muerte.
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   La famosa frase del juez Marshall, en los Estados Unidos del S. XVIII y XIX, a propósito de la libertad de expresión en el arte, del pluralismo como progreso social y recordadas en el célebre caso de Larry Flynt; se puede extrapolar sin problemas a esta película; y es que la historia bien demuestra que “la vulgaridad (o terrorismo) de un hombre es la lírica de otro”.




sábado, 20 de julio de 2013

Un Tarantino con pizcas de Western; Django desencadenado

   

     Tarantino, a estas alturas, pareciera ser un género propio en el cine: películas que suelen ser de larga e injustificada duración; sadismo irracional envuelto en discursos y códigos absurdos, pero hilvanados siempre en forma magistral; “soundtracks” que, sea cual sea la época que ilustren, se mueven a compases similares, resultando sumamente notorios o pegajosos; y planes disparatados que terminan siempre en el mismo punto de tensión a mano armada, precediendo siempre un baño de sangre seguro.
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    Sea cual sea el género que aborde (western, drama, acción, comedia, cine negro, cine bélico, etc.) se nota siempre el sello de un maestro haciendo historia en el cine; se observa, también y sin reservas, a un genio imponer un género propio sobre otro género; trascendiendo, de este modo, a los tiempos. Ver a Tarantino (cuyo nombre ya parece ser un “spoiler” en cada película) no implica solo entretenerse, sino ser parte contemporánea de lo que en dos décadas serán clásicos del cine.
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    Si bien podría pensarse que a estas alturas insistir en un modus operandi es más de lo mismo y aburre; no se engañe, puesto que el talento único de este director se asemeja al merquén o la mayonesa; sea lo que sea que acompañen, lo mejoran. Y, siendo así, podríamos comenzar afirmando que “Django desencadenado”, la última película dirigida por Quentin, pertenece al género Western/Tarantino, es decir: todo lo dicho respecto de los films de Tarantino pero al estilo del viejo oeste; y con esto ya se dice todo respecto de la trama.
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    En consecuencia, una segunda afirmación sobre el film apuntaría solo a destacar el notable elenco que lo conforma. Si ya dijimos que la genialidad de Tarantino constituye un género en sí, podríamos complementar esta frase señalando cuán afortunados somos de poder disfrutar un cine de esta categoría y ser, a su vez, coetáneos a dos de sus mejores exponentes; Samuel L. Jackson y Christoph Waltz.
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   Jackson ya había ganado su titularidad como insigne representante de los géneros “Thriller-Drama/Tarantinos” en “Pulp fiction” y “Jackie Brown”; y ahora, con Django, no se queda atrás; desde su primera aparición en la trama se apodera del escenario, haciendo gala de ese desafiante y absorbente talento teatral que lo destaca.
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     Por su parte, Christoph Waltz lo logra de nuevo; aparece en escena paseando, con un dominio y temple envidiables, ese refinado sadismo sanguinario que tan bien caracteriza este género. Si lo disfrutó en “Bastardos sin gloria” con su papel de Hans Landa, aquí tiene su versión sureña de caza recompensas.
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     Se trata de una gran película; quizás no es la mejor del género “Tarantino”, pero suma a un todo en aquel que ya es un hito del cine; Quentin Tarantino. Cuando pondere la idea de ir a ver Django, sólo piense que su sala de cine más próxima está a 20 minutos de su casa; y usted está a 20 años de decir a sus hijos: “yo fui espectador de ese clásico del cine cuando se estrenó”.

miércoles, 10 de julio de 2013

Carmen:

En la vida uno muere dos veces. La primera cuando dejas de respirar; la segunda, cuando la última persona que te conoció en vida pronuncia terminalmente tu nombre.

Carmen Julia
Hace tiempo que dejamos de pensar que no pudimos ganarle a lo primero; ello porque no ha pasado un día de nuestras vidas en que no derrotemos lo segundo.

Carmen Julia Hernández
Por eso en este día no solo le damos vida a tu muerte, sino que celebramos esa vida, tu vida; aquella que habla desde nuestras formas más genuinas y honestas.

Carmen Julia Hernández Araya
Hoy resonamos este nombre que se encuentra arraigado en nuestra jornada y afincado en nuestras formas. He aquí nuestra marca registrada; nuestra carta de presentación; el anuncio publicitario de quienes somos herederos de tu humor, tu autonomía y tu trabajo.

Mamá
Hoy solo hacemos eco de tu sempiterna presencia, para que el resto te vea por un instante, desde donde te seguimos viendo siempre.

Porque eres parte de todo y de todos; porque en ti solo vemos vida; porque no hay día que no derrotemos a la muerte en nombre tuyo; y porque no existe espacio en nuestros rostros que no pronuncie tu nombre...

domingo, 7 de julio de 2013

Moonrise Kingdom



Un pequeño mundo en donde grandes cosas suceden.


   “Moonrise Kingdom” revive y desempolva, desde el amor de dos tenaces niños de 12 años en un grupo de desorientados adultos (Edward Norton, Bill Murray, Bruce Willis y Frances McDormand), las mejores formas que el realismo mágico desplegó a mediados del siglo XX. 

   Wess Anderson, haciendo luz de su talento, se apropia de los años 60 y desarrolla todo su estilo dentro de un espacio mítico y alejado del ruido urbano; tomando dos de las inquietudes más fuertes del linaje humano (el amor y la soledad), y mezclándolos con los mejores juegos protocolares de una sociedad conservadora. 

   En 94 minutos la razón toma un descanso, y la seriedad se apropia de las emociones; logrando, con toda naturalidad, convertir lo ordinario en algo sumamente bizarro; y lo irreal, en cotidiano. 

   Se trata de una de las joyas fílmicas que más brilló en todas las nominaciones del género del año 2012 y cuyo resplandor tardará un par de años antes de agotarse. Si disfruta ver cómo Cortázar confunde en cada palabra la realidad con la ficción en sus cuentos; o saboreó con gusto ese delicioso estilo narrativo y lógica provincial de García Márquez; o simplemente le gustaría disfrutar del estilo fílmico de Burton, pero con mayor profundidad en sus personajes (y ahí tienen la razón del notable elenco que compone la cinta); esta es, definitivamente, su película; y, Wess Anderson es definitivamente su director.