martes, 11 de octubre de 2011

Robin Williams



Constituye un hecho público y notorio que Robin Williams, en donde mejor se maneja, con un par de excepciones, es en aquellas películas en que interpreta al humorista irreverente que trata de transformar su espacio y el mundo desde el humor desafiante a las instituciones.

Si bien puede ser repetitivo escuchar la misma melodía con distintas letras, no deja de ser encantador y rescatable. Posee un encanto único (o "un único encanto" si nos ponemos mordaces), y lo sabe entregar. Les rescato tres escenas que disfruto siempre con mucho agrado. 

La primera es de la película Good morning Vietnam de Barry Levinson (el mismo director de la Tormenta perfecta), película que le valió a Williams su primera nominación al oscar en 1987 y con esto (sin perjuicio de la película un ruso en Nueva York) su entrada de la pantalla chica al cine de Hollywood.  Destaca, desde ya, ese inagotable talento para hacer imitaciones.



La segunda, es una de las partes dramáticas de Patch Adams, que si bien sigue la misma lógica de las películas de Robin Williams, le agrega unos toques de dramatismo que logra interpretar con singular maestría. Lo lindo de esta escena, fuera de lo emotiva, es que el poema que lee es de uno de los grandes de la poesía  (Neruda de su obra Cien sonetos de amor). 


No Te Amo

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan en fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma. 


Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
Sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

En tercer Lugar; esta notable escena de la película Happy Feet en donde hace la voz de "Ramón". Para mí es una de las mejores escenas de la película, en donde interpreta, con su maestría y en forma bastante fidedigna, la versión portorriqueña de los pingüinos. 





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