lunes, 2 de julio de 2012

Cinco series con alguna idea inetersante para los días (Top five)



1. Human target (año 2010); dirigida por Jonathan E. Steinberg; protagonizada por Mark Valley.



Aquí se muestra una mecanica que me fascina. En cada capítulo de esta serie, llega un sujeto que se encuentra en supuesto peligro que ignora cuándo y cómo aparecerá; por lo que se genera un tremendo temor en orden a imaginarse en las peores situaciones (miedo puro y duro en definitiva; ese que nos inventamos y [des]controlamos solo nosotros). 

En dicho escenario, que se repite capítulo a capítulo (pero con distintos personajes secundarios, historias y lugares), quien protagoniza la serie opta por exponer siempre a sus protegidos al peligro a fin de salvarlos. La idea me parece sumamente interesante; le tememos a algo, pero no sabemos qué, ni cómo, y el héroe de esta saga, en vez de correr u ocultarnos para proteger, nos expone a las situaciones, poniendo el máximo de atención (durante ese breve episodio) en las circunstancias, con el objeto de identificar qué, quién, cuándo y cómo; y así detenerlo o eliminarlo. 

Me parece impecable la idea de dedicarle una o dos horas intensas a un problema, enfrentarlo con el máximo de atención y superarlo pueto que, a diferencia de la serie, nunca es la vida la que se pone en juego; aunque, como en la serie, creamos que sí. Prefiero eso a un mes, año o una vida escondido sin saber bien de qué y a la larga por qué.

Una frase de Jodorowsky resume bien, para variar, esta idea: "¿Hacia dònde debo caminar? // Camina hacia tus miedos y descubre en ellos lo que no deseas desear".

2. MacGyver (1985-1992). Dirigida por Alan Smithee; protagonizada por Richard Dean Anderson.



Esta idea la tomé de Maturana y me encantó; es parecida a la anterior, solo que le agrega el factor de que lo desconocido no tiene por qué frenarnos; los seres humanos en nuestras formas encerramos más conocimientos de los que creemos y el hecho de no pensar que existe una forma o tipo de persona para una a tarea o problema cambia bastante el panorama vital.

MacGyver en cada episodio aparece junto a un especialista en algún tema que determina la trama que se proyecta. En la mayoría de éstos se muestran dos personalidades; una que piensa y sufre el problema (el especialista) y que, en consecuencia, se frena ante los inminentes resultados de sus problemáticas proyecciones; y otro (MacGyver) que busca soluciones y que, en consecuencia, se apresta a ejecutarlas sin pensar más de la cuenta. El resultado es magnífico al ver a un ingeniero eléctrico y a MacGyver tratando de salir de un ascensor, o al experto en bombas y nuestro protagonista frente al dispositivo explosivo; mientras uno ve una muerte inminente y la sufre antes de morir (en eso consiste la pena de muerte; no en la muerte en sí [pues no sabemos que hay detrás de ella] sino en el miedo a morir) y el otro ve cuál de los dos cables hay que cortar para pasar de un 100% de probabilidad de morir a un 50%. Y de nuevo las decisiones de vida nunca matan, salvo las suicidas. 

Esta serie, según creo y vi, caló profundo en la familia tradicional Noruega; al punto que un hombre tapado por una avalancha de nieve (muerte casi segura) se salvó gracias a un capítulo de MacGyver en donde el protagonista quedaba en una situación parecida (true story!).

3. Chapulín (1973-1979). 




Sigue la misma lógica que en las series anteriores; pero tiene como única diferencia que éste es el héroe más real que pueda verse en televisión. Un tipo con miedos, sin súper poderes, con aciertos y desaciertos, con ganas de correr y no enfrentar y que se encuentra con el momento en que debe enfrentar la situación o correr de ella; y Chespirito (“Shakespeare” latino americanizado), incluso cerrando los ojos de miedo, enfrenta el mundo. He ahí su verdadera astucia.

4. Ángel (1999-2004); continuación de la serie Buffy; protagonizada por David Boreanaz. 



Una persona que sintió hacer mucho daño en su vida, se arremete a la tarea de reivindicar el dolor causado (a sí mismo) salvando personas distintas, que en realidad son él mismo.  Es el ejemplo de redención.

Podría, en realidad, haber hecho cualquier cosa para redimirse y no hubiera importado, pues lo importante es que teniendo tres opciones (negar su pasado y vivir de nuevo el presente; hundirse en la pena y odio personal y quedarse en ese pasado sin poder resolverlo, [pues “El ayer es ayer, nos pertenece sólo en el recuerdo: A la rosa que ya se deshojó, no se le puede sacar otro pétalo”] o utilizar ese pasado y construir su presente/futuro (lo último no es más [ni menos] que lo primero).

Me resulta sumamente atractiva e inteligente esa última opción; no podemos pretender que somos quien no hemos sido y crearnos como algo 100% distinto, ni pretender que porque somos lo que somos, (que en realidad debería ser fuimos) nunca podremos/debemos cambiar (el "yo soy (y en consecuencia, seré) así"), sino que la opción es entender qué fuimos, que aún somos y qué podemos ser y esforzarnos en persistir en ello.

Dos reflexiones de Ortega y Gasset (de las muchas que se pueden extraer de la “Rebelión de las masas”) se aplican a este escrito:

“Con el pasado no se lucha cuerpo a cuerpo. El porvenir lo vence porque se lo traga”

“El pasado tiene razón, la suya. Si no se le da esa que tiene, volverá a reclamarla y, de paso, a imponer la que no tiene”.

5. Hana no Ko Run Run (o Ángel, la niña de las flores; suena como menos objeto de bulling en japonés). 

 

Cuando encuentras lo que buscas, te das cuenta de que eso que hallaste (y que pensabas lejos, ajeno, extraño) es el resultado de una construcción personal que te permite apreciar el mundo que buscabas, y que siempre estuvo ahí; en algo tan tuyo como el patio de tu casa.

El final de esa serie dice mucho, en cuanto a dos ideas interesantes:

1. Como diría Ryan Reynolds en la película "Change-Up" "a veces las cosas no resultan como uno las planea, sino que mejor".

2. Y cuando los procesos son per se, los mejores resultados; "Siempre el camino es más lindo que la posada" (Cervantes)

No hay comentarios:

Publicar un comentario